POR EL PSICÓLOGO, LICENCIADO RUBÉN MENDOZA:
La felicidad existe únicamente en la representación mental, por lo tanto es siempre fruto de la elaboración. Es algo a trabajar. Y ella se construye en el encuentro con el otro. Boris Cyrulnik
Hoy vamos a hablar de un concepto muy estudiado en el ámbito escolar y en las instituciones donde tienen a su cargo niños, as, y adolescentes expuestos a situaciones de vulnerabilidad psicosocial. Siempre que se piensa, porque una persona sale adelante, avanza, ante algunas adversidades de la vida , no solamente en hechos imprevistos como un hecho traumático, como ser inundaciones, accidentes, terremotos, entre otros momentos no esperados, se piensa en la Resiliencia. Porque si podríamos aislar todos los elementos que harían posible esto, lo podríamos trasladar a todos/as.Algunas de las características principales de las personas resilientes son: la competencia social, habilidad para la resolución de problemas, autonomía y sentido de propósito y de futuro. La resiliencia se entiende como la capacidad que tienen las personas para sobreponerse a situaciones y entornos adversos, como la pobreza, violencia intrafamiliar, etc. Y a pesar de ello logran desarrollarse normalmente y alcanzan una calidad de vida satisfactoria. El concepto de resiliencia reconoce que en todas las personas existe el potencial para hacer frente a la adversidad como una característica inherente del ser humano que debe ser actualizada. Es así como se describen tres tipos de respuesta frente al estímulo doloroso o a la adversidad: 1. La primera, da cuenta de personas que frente al dolor o la adversidad tienen reacciones que indican vulnerabilidad (alterarse) frente a este tipo de estímulos. 2. La segunda se refiere a la ausencia de reacción o a una indiferencia frente a situaciones dolorosas. 3. En tercer lugar, la reacción resiliente. En este plano, resiliencia se refiere a una característica o capacidad del ser humano que le permite alcanzar una “adecuada” calidad de vida, a pesar de haber sido criado en condiciones adversas.
A pesar de la proliferación de investigaciones y aplicaciones prácticas, no podemos hablar de la resiliencia como si fuera un concepto unívoco y absoluto. Si bien entendemos la resiliencia como una capacidad humana y universal que está presente en las distintas comunidades, etnias y culturas, creemos que tiene rasgos y características particulares de acuerdo a los diferentes contextos en que se manifiesta.
Factor de riesgo: es cualquier característica o cualidad de una persona o comunidad que se sabe va unida a una elevada probabilidad de dañar la salud.
Factores protectores: son las condiciones o los entornos capaces de favorecer el desarrollo de individuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efectos de circunstancias desfavorables.
Individuos resilientes:
Son aquellos que al estar insertos en una situación de adversidad, es decir, al estar expuestos a un conglomerado de factores de riesgo, tienen la capacidad de utilizar aquellos factores protectores para sobreponerse a la adversidad , crecer y desarrollarse adecuadamente, llegando a madurar como seres adultos competentes, pese a los pronósticos desfavorables. La resiliencia no debe considerarse como una capacidad estática, ya que puede variar a través del tiempo y las circunstancias. Es el resultado de un equilibrio entre factores de riesgo, factores protectores y la personalidad del ser humano. Esto último permite elaborar, en sentido positivo, factores o circunstancias de la vida que son desfavorables. Uno puede estar más que ser resiliente. Es necesario insistir en la naturaleza dinámica de la resiliencia
Diversos estudios han demostrado que ciertos atributos de la persona tienen una asociación positiva con la posibilidad de ser resiliente. Estos son: control de las emociones y de los impulsos, autonomía, sentido del humor, alta autoestima (concepción positiva de sí mismo), empatía (capacidad de comunicarse y de percibir la situación emocional del interlocutor), capacidad de comprensión y análisis de las situaciones, cierta competencia cognitiva, y capacidad de atención y concentración. También se han encontrado condiciones del medio ambiente social y familiar que favorecen la posibilidad de ser resiliente como son: la seguridad de un afecto recibido por encima de todas las circunstancias y no condicionado a las conductas ni a ningún otro aspecto de la persona; la relación de aceptación incondicional de un adulto significativo; y la extensión de redes informales de apoyo
Intentando formular una definición podría decir lo siguiente La resiliencia en niños/as y adolescentes es la capacidad de sobreponerse a las adversidades, adaptarse a los cambios y salir fortalecidos de experiencias difíciles, traumáticas o que son inesperadas y no estar preparados/as para resolverlas, de una manera que signifique una ganancia o un beneficio en ese momento particular de su vida o la vida . Este concepto viene de la física, es la capacidad de los objetos de volver a su estado anterior luego de modificarse por efecto de fuerzas exteriores, un ejemplo de esto es cuando tiramos una pelota contra la pared y en este acto se modifica, pero luego cuando cesa este evento exterior vuelve a su estado anterior.
Un poco de historia
Un hito lo marcó Werner (1992), quien estudió a un grupo de personas desde el nacimiento hasta los 40 años. La investigadora notó que algunos niños que estaban aparentemente condenados a presentar problemas en el futuro— de considerarse todos los factores de riesgo que presentaban— llegaron a ser exitosos en la vida, a constituir familias estables y a contribuir positivamente con la sociedad. Algunos de ellos procedían de los estratos más pobres, de madres solteras adolescentes y de grupos étnicos postergados, además de tener el antecedente de haber sido de bajo peso al nacer. La observación de estos casos condujo a la autora, en una primera etapa, al concepto de «niños invulnerables» ( We r n e r, 1992). Se entendió el término “invulnerabilidad” como el desarrollo de personas sanas en circunstancias ambientales insanas. Posteriormente se vio que el concepto de invulnerabilidad era un tanto extremo y que podía cargarse de connotaciones biologicistas, con énfasis en lo genético. Se buscó, entonces, un concepto menos rígido y más global que reflejase la posibilidad de enfrentar efectivamente eventos estresantes, severos y acumulativos; se encontró el de “capacidad de afrontar”.
Manual de identificación y promoción de la resiliencia en niños y adolescentes
Septiembre de 1998
ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD Fundación W.K. Kellogg Autoridad Sueca para el Desarrollo Internacional (ASDI)
¿Qué es la resiliencia?
Del latín resalire = volver a saltar, el término Resiliencia fue extraído de la física e incorporado a las ciencias que estudian la conducta y la psicología humana. Cyrulnik la define como: “Capacidad de superar la adversidad y salir fortalecido de ella. Señala tanto la capacidad de resistir las magulladuras de la herida psicológica como el impulso de reparación psíquica que nace de esa resistencia”.
La Resiliencia es el resultado de un equilibrio entre factores de riesgo, factores protectores y la personalidad del ser humano. Esto último permite elaborar, en sentido positivo, factores o circunstancias de la vida que son desfavorables.
- Es la habilidad de afrontar y adaptarse a los retos y el estrés del día a día de manera eficaz, lo que la vida cotidiana le demande.
- Se define como la capacidad de recuperación después de un evento traumático o muy estresante.
- Los niños y adolescentes resilientes son aquellos que se sobreponen a las dificultades, buscan soluciones y se muestran dispuestos a volver a intentarlo, tienen alta tolerancia a la frustración, donde definen conceptos diferentes de lo “normal” del éxito y el fracaso. “Tenemos que seguir intentando, lo importante es competir no solamente ganar” …..
Factores y estrategias para fomentar la resiliencia
(Que podríamos hacer)
- Relaciones duraderas: Fomentar la creación de amigos o grupos de amigos y relaciones de apoyo en diferentes entornos. Escuela, clubes, y todos aquellos grupos en los que tengan gustos o actividades que los reúnan. También es muy importante la Espiritualidad, no digo cuestiones religiosas solamente, sino lo que tenga que ver con tener creencias.
- Hábitos /Rutinas: Mantener y establecer rutinas diarias puede ser reconfortante y ofrecer estructura, generar hábitos saludables, especialmente para los más pequeños. Esto tiene que ver con generar planificaciones, que en el futuro se plasmaran en Proyectos de vida.
- Actitud positiva y optimista: Ayudar a mantener una actitud optimista y ver los desafíos, los desencuentros como oportunidades para aprender y crecer, de los errores se aprende.
- Cuidado personal: Enseñar a los niños a cuidar de sí mismos, incluyendo la importancia de una buena alimentación, aseo personal, ejercicio y descanso.
- Autonomía: Permitir que los niños exploren,armen , desarmen y se auto descubran para desarrollar un sentido de control sobre sus vidas,” yo puedo” dentro de ciertas limitaciones propias de la edad, por ejemplo.
- Habilidades de comunicación:Principalmente es darles la posibilidad siempre de expresar sus pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa, además de practicar la escucha empática. Es decir siempre ESCUHARLOS Y ENSEÑARLES A HABLAR.
- Apoyo familiar y social: Unambiente de apoyo en lo familiar, escolar y comunitario, donde lo principal es el afecto, es esencial para la resiliencia. Lo que algunos autores denominan la Política de la TERNURA.
- Aceptación del cambio: Ayudarles a comprender y aceptar, que los cambiosson naturalesen la vida ytambién a desarrollar estrategias, o formas para adaptarse a él, ya que estarán a lo largo de toda la vida, mostrando la importancia del tiempo.
- Niños de 0 a 3 años
¿Qué pueden hacer los padres y cuidadores? Para promover la resiliencia en un niño de esa edad, los padres y cuidadores, junto con agentes de salud y educadores, pueden: • Ofrecerle amor incondicional. • Expresarle dicho amor verbalmente. • Abrazarlo, mecerlo y usar una voz suave para calmarlo; enseñarle técnicas para que se calme antes de hablar de sus problemas o comportamientos inaceptables. Esas técnicas pueden ser: respirar profundamente o contar hasta diez antes de reaccionar. • Moldear en él comportamientos resilientes frente a desafíos tales como problemas interpersonales, conflictos o adversidades; demostrar los comportamientos apropiados en diferentes situaciones; promover el valor, la confianza, el optimismo y la autoestima de manera permanente. • Reforzar normas y reglas; usar la supresión de privilegios y otras formas de disciplinar que establecen límites al comportamiento negativo y muestran algunas consecuencias de él, sin humillar al niño. • Alabarlo por logros tales como armar un rompecabezas o leer un folleto, o por conductas positivas como dejar los juguetes ordenados o expresar su enojo sin estallar en berrinches. • Animarlo a que actúe independientemente, con un mínimo de ayuda adulta. • Continuar ayudándolo en su aprendizaje de reconocer sentimientos propios y ajenos.
Continuar ayudándolo a conocer su propio temperamento (por ejemplo, cuán tímido o extrovertido es; cuán meticuloso o audaz es) así como el temperamento de los adultos que lo rodean. • Exponerlo gradualmente a situaciones adversas y prepararlo para ellas mediante conversaciones, lecturas, e identificación y discusión de factores de resiliencia que puedan serle útiles. • Animarlo a que demuestre simpatía y afecto, a que sea agradable y a que haga cosas lindas para los demás. • Animarlo a que use sus destrezas para la comunicación y la solución de sus problemas, para resolver conflictos interpersonales o pedir ayuda de otros cuando la necesite. • Comunicarse a menudo con él para discutir sobre los acontecimientos y problemas cotidianos, así como para compartir ideas, observaciones y sentimientos. • Ayudarle a que acepte responsabilidades por su propio comportamiento negativo y a que entienda que sus acciones positivas tienen consecuencias ulteriores que pueden favorecerlo. Asimismo, padres y cuidadores pueden: • Equilibrar tanto la provisión de ayuda como la estimulación de la independencia del niño. • Ofrecerle comprensión y oportunidades de reconciliación junto con la exigencia del cumplimiento de reglas y normas. • Aceptar sus errores y fallas, pero al mismo tiempo orientarlo para que logre su mejoramiento. • Darle consuelo y aliento en situaciones estresantes. • Promover y desarrollar la flexibilidad en él para que opte por una gama de factores de resiliencia como respuesta a situaciones adversas, por ejemplo, buscar ayuda en vez de seguir solo en una situación muy difícil; mostrar simpatía y comprensión en vez de continuar con enojo y miedo; compartir sentimientos con un amigo en vez de continuar sufriendo a solas
- Niños de 8 a 12 años
¿Qué pueden hacer los padres y cuidadores? • Proveer amor incondicional. • Expresar dicho amor verbal y físicamente de manera apropiada a la edad. • Usar límites, comportamientos tranquilizadores y observaciones verbales para ayudar al niño a que maneje y module sus sentimientos, especialmente los negativos y las respuestas impulsivas. • Desarrollar comportamientos consecuentes que transmitan valores y normas, incluyendo factores de resiliencia. • Explicar claramente las normas y expectativas. • Elogiar los logros y comportamientos deseados, tales como finalizar una tarea difícil. • Proveer oportunidades de practicar cómo lidiar con los problemas y adversidades a través de la exposición a situaciones adversas y fantasías manejables; dar guía en la solución de problemas basándose en el uso de factores apropiados de resiliencia. • Alentar la comunicación de hechos, expectativas, sentimientos y problemas para que se discutan y compartan. Asimismo, padres y cuidadores deben: • Equilibrar el desarrollo de la autonomía con la ayuda que debe estar siempre disponible, pero nunca ser impuesta. • Equilibrar las consecuencias o sanciones de errores con cariño y comprensión, así el niño puede fallar sin sentir demasiada angustia, o miedo de la pérdida de la aprobación o del amor. • Comunicarle y negociar con él acerca de su creciente independencia, sus nuevas expectativas y nuevos desafíos. • Instarlo a que acepte la responsabilidad de sus comportamientos y, al mismo tiempo, promover su confianza y optimismo sobre los resultados deseados. • Promover y desarrollar su flexibilidad para que seleccione diferentes factores de resiliencia como respuesta a situaciones adversas, por ejemplo, buscar ayuda, en vez de seguir solo en una situación muy difícil; mostrar simpatía y comprensión en vez de continuar con enojo y miedo; y compartir los sentimientos con un amigo en vez de continuar sufriendo a solas.
- Niños de 12 a 16 años
¿Qué pueden hacer los padres y adultos responsables? Para fortalecer la resiliencia en esta etapa de la vida, se puede tomar algunas acciones con los propios adolescentes y otras con los adultos encargados de ellos. Entre las primeras están aquéllas con las que se trata de reforzar los rasgos de los jóvenes resilientes para que ellos mismos puedan tomar el control de sus vidas y afrontar dificultades con las mejores herramientas. Cabe mencionar las siguientes medidas: • Estimular el desarrollo de las capacidades de escuchar, de expresión verbal, y no verbal y de comunicación en general. • Fortalecer la capacidad de manejo de la rabia-enojo y de las emociones en general. • Reforzar la capacidad de definir el problema de optar por la mejor solución y de aplicarla cabalmente. • Ofrecer preparación para enfrentar las dificultades del ingreso al mercado de trabajo. Entre las medidas que se puede tomar con padres y educadores cabe mencionar las siguientes: • Reforzar los conceptos de protección familiar y procreación responsable.• Fomentar la habilidad de reconocer esfuerzos y logros. Desarrollar la capacidad de comunicación afectiva con los adolescentes. • Aclarar los roles desempeñados dentro de la familia y favorecer el establecimiento de límites razonables para cada uno de los miembros. • Favorecer la presencia de, al menos, un adulto significativo para el adolescente.
Un enfoque basado en fortalezas funciona bajo los siguientes principios: Ø Las personas poseen fortalezas y recursos para su propio empoderamiento. Ø Los modelos tradicionales de desarrollo educativo se concentran en “lo que hace falta” ignorando “lo que ya se tiene”. Ø El énfasis debe estar en el individuo y no en el contexto. Ø No ignorar los problemas sino cambiar el marco de referencia para redefinirlos. Ø Enfocándose en lo que está bien, se puede construir estrategias exitosas que apoyen el crecimiento adaptable de los individuos. Ø Es más fácil construir soluciones que disolver problemas. Ø Es más sencillo repetir modelos de comportamientos exitosos, que cambiar comportamientos problemáticos. Ø Es muy fortalecedor buscar situaciones positivas (donde no ocurren problemas) para descubrir habilidades que sirven para enfrentarlas. Ø El cambio es siempre inevitable y constante.
Cómo apoyar a un niño/a o adolescente resiliente
- Se puede fomentar mediante el establecimiento de relaciones sólidas, el mantenimiento de rutinas, el fomento de la autoestima positiva, el desarrollo de habilidades de comunicación y la enseñanza de estrategias de afrontamiento y cuidado personal. Un entorno de apoyo familiar y comunitario es fundamental para el desarrollo de la resiliencia.
- Permitir elfracaso: Permitir que enfrenten desafíos y busquen sus propias soluciones, en lugar de intervenir para resolverles los problemas.” Lo/a dejo que se equivoque y la/o ayudo a encontrar alguna solución , enseñándoles que los problemas siempre estarán presente en la vida. Y también es importante enseñarles que casi nunca se puede solucionar las cosas Solos, que no esta mal pedir ayuda.
- Fomentar la empatía: Animar a su hijo/a a ayudar a otros/as, lo cual puede hacerle sentir capaz y supera la sensación de no poder hacer nada. Entre muchos es mas fácil la resolución de problemas .El otro no es mi enemigo .
- Establecer límites: Brindar contención y establecer límites claros, ya que esto es una función esencial del cuidado y la protección. El limite claro , les marca donde esta bien y donde esta mal o puede perjudicar estar en ese lugar , es enseñar que para ser humano, y vivir en sociedad debemos aceptar ciertas reglas de convivencia social.
- Mantener la comunicación: Estar pendiente de ellos y crear un ambiente de confianza donde puedan hablar sobre sus miedos y preocupaciones. Entendiendo que la comunicación no es solamente la verbal, sino que también a veces un abrazo, la compañía, es estar presentes ante hechos que son importantes para ellos, a veces incluso no es necesario hablar, sino solo estar presente.
- Ser un modelo para seguir: Prestar atención nosotros los adultos que somos modelos, a veces referentes para ellos. También esto traerá coherencia entre el dicho y los hechos.
Pilares de la resiliencia
La mayoría de los teóricos que han escrito sobre resiliencia coinciden en que los principales pilares que favorecen el desarrollo de una personalidad resiliente son los siguientes:
- CREATIVIDAD: La capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden. Fruto de la capacidad de reflexión, se desarrolla a partir del juego en la infancia.
- HUMOR: Encontrar lo cómico en la propia tragedia. Permite ahorrarse sentimientos negativos aunque sea transitoriamente y soportar situaciones adversas.
- INICIATIVA: El gusto de exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más exigentes.
- MORALIDAD: Entendida ésta como la consecuencia para extender el deseo personal de bienestar a todos los semejantes y la capacidad de comprometerse con valores. Es la base del buen trato hacia los otros. Ø
- INDEPENDENCIA: Se definió como el saber fijar límites entre uno mismo y el medio con problemas; la capacidad de mantener distancia emocional y física sin caer en el aislamiento. Depende del principio de realidad que permite juzgar una situación con prescindencia de los deseos del sujeto. Los casos de abusos ponen en juego esta capacidad.
- CAPACIDAD DE INSIGHT: Es una palabra de difícil traducción al español, pero se refiere a la capacidad de “verse a sí mismo”, al habito de preguntarse y responderse honestamente.
- CAPACIDAD DE RELACIONARSE: Es decir, la habilidad para establecer lazos e intimidad con otras personas, para balancear la propia necesidad de afecto con la actitud de brindarse a otros. Una autoestima baja o exageradamente alta producen aislamiento: si es baja por autoexclusión vergonzante y si es demasiado alta puede generar rechazo por la soberbia que se supone.
- ESPERANZA REALISTA: Es decir; la capacidad para esperar que lo que se desea suceda, teniendo presente recursos o experiencias reales que hayan demostrado que eso que se desea es posible.
- POR EL LICENCIADO PSICÓLOGO RUBÉN MENDOZA