Tras dos años de una investigación secreta y sin precedentes, la imputación alcanza a las máximas autoridades locales de la organización durante los últimos 40 años, y abre la puerta a procesos similares en otros países.
Una estructura que reclutó al menos a 44 mujeres pobres, la mayoría de ellas cuando eran niñas y adolescentes, para ser sometidas a “condiciones de vida equiparables a la servidumbre”. Así define la justicia federal argentina el accionar desplegado por la Prelatura de la Santa Cruz y el Opus Dei en ese país durante más de cuatro décadas, entre 1972 y 2015, en una acusación por trata de personas dirigida a seis religiosos de máxima jerarquía de la organización. Nunca antes han sido citados los responsables de una región del Opus Dei a indagatoria por delitos tan graves.