LA FAMILIA CONCORDIENSE FESTEJÓ LOS GOLES DE BOCA
Desde su llegada a Boca, Diego Martínez dirigió cuatro clásicos: dos ante River, uno contra Racing, y uno ante San Lorenzo. Pero todos estos partidos tienen una similitud entre sí, y es que en los cuatro encuentros, el conjunto xeneize comenzó perdiendo, es decir, en desventaja, y si embargo, no perdió en ninguno de ellos. Un empate y tres victorias en los clásicos pese a haber estado abajo en el marcador, denota una notable redención del equipo ante las adversidades, y una increíble capacidad para afrontar y sobrellevar esas situaciones, sin perder el rumbo.
Primero ante River en el Monumental, en donde Boca comenzó perdiendo gracias a un gol de Pablo Solari. Una derrota hubiese sido fatídica para el Xeneize, ya que venía de caer por 2-1 ante Lanús. Pero el conjunto de Diego Martínez supo recomponerse, y tras una jugada colectiva fantástica, Cristian Medina puso el 1-1 definitivo, para empatar el superclásico, y concretar la primera de las cuatro redenciones.
En segundo lugar, ante Racing en la Bombonera. El conjunto local comenzó abriendo el marcador con un gol de Lucas Blondel, pero el visitante dio vuelta la historia con goles de Juan Fernando Quintero y Adrián Martínez, para ponerse 2-1 arriba. Tras el segundo gol, el Xeneize no se vio para nada afectado, y empato rápidamente el encuentro. Finalmente, con goles de Edinson Cavani y Nicolás Valentini, el equipo del Gigolo lo terminó dando vuelta, y venció a la Academia por 4-2 para sumarse en la pelea por la clasificación.
Luego, la victoria importantísima ante el Ciclón, en la Bombonera nuevamente. Ambos equipos necesitaban sumar puntos, para no perder las esperanzas y seguir en busca del objetivo, meterse en los playoffs. La visita arrancó ganando con un gol de penal de Adam Bareiro, pero en los minutos finales del primer tiempo, antes de ir al descanso, Cavani empató el partido. Un gol clave en el momento perfecto, para que el equipo salga a ganarlo en la segunda mitad. Diego Martínez le pidió garra a sus jugadores, y finalmente al minuto 84 llegó el segundo de Boca, obra de Miguel Merentiel. Victoria necesaria y tercera redención.
Y por último, en uno de los superclásicos más atractivos de los últimos tiempos. River y Boca se enfrentaron en Córdoba, por los cuartos de final de la Copa de la Liga. Uno pasa a semis, y el otro queda eliminado, diciéndole adiós a las aspiraciones y a los objetivos. Mucha presión y demasiado en juego, para dos equipos que necesitan ser campeones siempre. El Millonario dio el primer golpe rápidamente, al minuto 10, tras un contrataque fenomenal que terminó definiendo Miguel Borja.
Tras el gol, el conjunto de Martín Demichelis dejó de atacar con la misma energía, y como consecuencia, el equipo de Diego Martínez comenzó a pisar el área rival por inercia. Ya en el tiempo agregado, cuando parecía que Boca se iba por uno abajo al descanso, apareció Merentiel, para poner el 1-1 tras un centro quirúrgico de Advíncula. Un gol más que necesario, un alivio para todos los hinchas xeneizes antes de ir al entretiempo.
Ya en la segunda mitad, con dos goles en cinco minutos, uno de Cavani y otro nuevamente de Merentiel, el Xeneize dio vuelta el partido y se puso 3-1 arriba, en una clara demostración de compromiso, coraje, y actitud. Pero no sólo eso, sino que también mostró buen fútbol, asociaciones, desmarques, buenos movimientos en el frente de ataque, buen posicionamiento, entre otras cosas. En los últimos minutos del encuentro, River anotó el segundo, pero no le alcanzó, 3-2 y clasificación a semifinales para Boca, que nuevamente supo dar vuelta un resultado en un clásico, y conseguir la victoria.
