Nadie puede dudar de que la máxima fiesta popular de Concordia que se puso en marcha en la noche de este sábado en el corsódromo municipal, es el carnaval, pero no todo lo que brilla es oro porque se plantearon algunas quejas que se podrían subsanar, si hay ganas.
CONSUMIR ADENTRO… UN OJO DE LA CARA
Entre las quejas se pueden poner como ejemplo, algunas que estallaron en las redes sociales, una habla de que una madre con hijos chicos siempre lleva l menos un paquete de galletitas para conformar a sus hijos. En este caso según plantearon numerosos concurrentes, les revisaban los bolsos a la entrada y le decomisaban todo lo que era alimentos, hasta un puñado de caramelos se los quedaban en la entrada y eso tiene una explicación, obligar a la gente a consumir dentro del corsódromo donde los precios son un afano. Se habla de que una latita de cerveza ronda los $1000. Que un pancho (no superpancho) ronda los $800 y otras yerbas que el precio más barato se codea con los $1000.
LOS BIP A LA POPULAR
Otro caso testigo que estalló en las redes y según lo expresado a este medio, a varios turistas les pasó lo mismo: “tenían entrada BIP pero quienes debían ubicarlos (policías?) los mandaban a la tribuna popular y se les quedaban con la entrada BIP. De ser así es muy grave porque estaríamos hablando de una estafa.
TODO COLOR DE ROSA
“El Carnaval es una fiesta popular y un gran atractivo turístico”, definió el intendente, Enrique Cresto. “Es importante este trabajo conjunto entre el Estado, las comparsas y el sector privado para consolidar el crecimiento de esta celebración que genera empleo y oportunidades para la ciudad”, destacó el hombre que quiere sentarse en el sillón de Urquiza.